MARCOS ANA, UN POETA EN EL PENAL DE BURGOS
Manuel Aznar Soler
Universitat Autònoma de Barcelona
El poeta comunista Fernando Macarro Castillo (Marcos Ana) puede ser considerado, por
el número de años que ininterrumpidamente pasó en prisión, el decano de los presos
políticos durante el franquismo. En efecto, republicano vencido en la guerra civil, él
mismo testimonia su largo y duro calvario carcelario. Un calvario que se inició en marzo
de 1939, cuando “cayó prisionero en Alicante, en manos de los fascistas italianos de la
División Littorio, y fue recluido en el campo de concentración de Albatera”FPT
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F y que TP
concluyó veintidós años y siete meses después, cuando la tarde del 17 de noviembre de
1961 fue liberado en el penal de Burgos:
Al terminar la guerra civil fui detenido en el puerto de Alicante y conducido al campo de concentración
de Albatera. El hambre era tan horrible en aquel campo que el que tenía la suerte de encontrar unas
briznas de hierba las devoraba con un ansia salvaje. Para beber un vaso de agua había que guardar
cola ante una cisterna, a veces durante veinticuatro horas. Pude fugarme de este campo, pero a los
pocos días fui entregado por un confidente a la policía. Ingresé en la cárcel de Porlier y en mi
expediente personal consta que tuve que ser hospitalizado durante tres meses para curarme de
“ciertas heridas”. Esas “ciertas heridas” fueron los malos tratos sufridos en la comisaría de la calle
Almagro nº 39, uno de los centros de tortura más famosos de Madrid. Desde entonces, desde mayo de
1939, he permanecido encarcelado hasta la tarde del 17 de noviembre de 1961. En total veintidós años
y siete meses de cautiverio. Cerca de nueve mil días y nueve mil noches sepultado bajo las piedras y
los cerrojos de los presidios. Dos veces estuve con la pena de muerte y he conocido las cárceles de
Porlier y Conde de Toreno, de Yeserías y Ocaña, de Alcalá de Henares y la prisión de Burgos, donde
he pasado los últimos quince años de mi cautividadFPT
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F. TP
Pero los sufrimientos y penalidades de esa demasiado larga y ancha geografía carcelaria
que padeció Marcos Ana, de esos veintidós años y siete meses de prisiones en las que
ingresó un muchacho de dieciocho años y salió en libertad un hombre de cuarenta y uno,
merecen reconstruirse, siquiera brevemente, para crear memoria “ejemplar” contra el
olvido.
Tras huir del campo de concentración de AlbateraFPT
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FTP, Marcos Ana fue detenido en mayo
de ese mismo año 1939 en Madrid y torturado durante cuarenta y tres días en la ya
citada comisaría de la calle Almagro 39. Pero, ¿acusado de qué delito?:
Mi pecado es terrible;
quise llenar de estrellas
el corazón del hombre.
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